En ocasiones como seres humanos complejos, nos enfrentamos a los retos del día a día y a situaciones adversas que despiertan todo tipo de emociones y que nos hacen cuestionar nuestro actuar y nuestro rol en este momento de la vida, necesitamos la aprobación, palabra de aliento, admiración de alguien más para lograr interiorizar y ser realmente conscientes de nuestra grandeza.
Sin duda, Diana Ospina Campuzano y Óscar Rodríguez Lemus en Colombia han tenido que transitar una larga trayectoria y aún con la plena confianza de que han hecho y siguen haciendo las cosas bien, ha habido personas que se han cruzado en su vida para reforzar sus creencias, para darles una dosis extra de energía y optimismo que los ha llenado de valor y los ha invitado a seguir, tanto derribando barreras como abriéndose caminos.
Desde los 16 años, Diana se vio inmersa en el universo de las ventas, tanto de productos de belleza como de ropa, ya que debía obtener dinero para poder costear sus estudios. Tiempo después y con unos años más de experiencia formal, se incorporó a un banco muy importante como asesora comercial, cargo en el cual ofrecía diferentes tipos de productos tales como: cuentas de ahorros, seguros de vida, cdt´s, entre otros. Esta experiencia le permitió acercarse a diferentes tipos de personas y para poder cumplir sus metas, hizo un esfuerzo importante para conocerlas y entender los motivos que los llevaban a adquirir una solución con el banco.
La gente le compraba por su buena actitud, servicio, belleza y porque lograba generar confianza tanto de clientes externos como de sus compañeros. Empezó a ocupar los primeros puestos en los concursos comerciales y aunque las comisiones eran atractivas, siempre le causó incomodidad el trato deshumanizado hacia los vendedores, pues incluso cuando publicaban cifras o rankings, no se ponía siquiera el nombre de las personas, sino las cédulas o número de identidad y los códigos de los empleados. Eso le generaba tristeza y le hacía cuestionarse sobre el propósito del trabajo que significaba para una persona, más allá que recibir un salario, generar un impacto positivo en las personas con quién ella tenía contacto.
Por otro lado, Óscar junto con su familia se enfrentó a una crisis económica que lo llevó a tener que dejar sus estudios universitarios, a empezar a trabajar como mensajero en un banco. Aun así, afrontó esa circunstancia en su vida con la mejor actitud, lo que le permitió mantener relaciones cordiales con todos con los que interactuaba. La experiencia le enseñó que lo más importante era trabajar en las relaciones interpersonales y se le dio la oportunidad de crecer mucho profesionalmente en algunos bancos del mismo grupo financiero, hasta el día que dio con un jefe hostil que lo hizo literalmente renunciar.
Pasada la anterior experiencia, uno de sus exjefes le abrió las puestas a un nuevo trabajo donde encontró que el común denominador en las empresas era la competitividad, un mal ambiente y que a los directivos no les interesaba genuinamente el bienestar de las personas que allí trabajaban. Corroboró una vez más, que una persona feliz, se convierte en un buen colaborador, dispuesto a dar la milla extra, a dejar huella y evitar a toda costa generar sinsabor en las demás personas.
Cuando Diana y Óscar se conocieron, sin duda, tenían la misma percepción de que lo que primaba en el mundo corporativo era un ambiente hostil. Acordaron que contaban con gran material asociado a sus experiencias previas que eran como un diamante en bruto para proponer cómo de verdad a través de la medición y desarrollo de estrategias enfocadas en felicidad organizacional, se podía transformar la cultura organizacional, generar cambios reales y positivos al interior de las organizaciones.
Las empresas que trabajan en felicidad organizacional logran espacios de florecimiento humano: Tanto la calidad de vida, la empatía y la comprensión, el buen trato y compromiso con los colaboradores, son algunas de las experiencias que delimitan las empresas ideales y humanas, ese humanismo que emerge en el contexto de plantear una empresa ideal tiene una fuerte dimensión afectiva y relacional (socioafectiva) que se percibe en dos de las experiencias que también se señalan de manera frecuente: el bienestar general y el clima organizacional.
Desde el año 2013 empezaron a rondar en la mente las variables que se deberían tener en cuenta para empezar a medir lo que es la felicidad en el trabajo. Tiempo después se plasmó en un Excel lo que en principio se llamó IFES – Índice de Felicidad Empresarial y Satisfacción que con el paso de años de investigación evolucionó a BhiPRO – Business Happiness Index Program para el que se ha desarrollado su propia plataforma interactiva basada en tecnología analítica y que se ha ido mejorando año tras año. Todo el interesante proceso de cómo llegaron a esta conclusión, la podrán conocer al detalle en su primer libro que fue Best Seller en Amazon en su primer día de ventas: “Signos Vitales de la Felicidad Organizacional” y la investigación completa está compilada en su tercer libro “Metodología Científica BhiPRO cómo medir la felicidad organizacional”.
Este par de personajes que empezaron su vida profesional como una vendedora y un mensajero, hace no mucho tiempo atrás recibieron un sentido mensaje de un colega en Estados Unidos que al conocer en profundidad la rigurosidad de su modelo BIHPRO, les dijo: “Ustedes son espectaculares, pero déjenme decirles que son el mejor secreto guardado del mundo porque todas las organizaciones deberían conocerlos”.
Y sí, hay otras herramientas en el mercado tales como encuestas sobre felicidad organizacional, pero realmente no tienen respaldo científico y este aspecto es uno de los más importantes que los directivos de las organizaciones deberían tener muy en cuenta dado que, finalmente, hablar de medir el constructo de la felicidad organizacional en sus colaboradores es un tema muy serio y objetivo.
Ampliando un poco más el modelo BhiPRO de Mide La Felicidad®, éste tiene un abordaje del bienestar desde el enfoque centrado en personas, lo cual se fundamenta en que, los análisis cualitativos parten del propósito de comprender a las personas de “carne y hueso” que cumplen un rol como colaborador en las organizaciones; en este sentido, el modelo no sólo tiene una perspectiva centrada en variables, sino en personas, con el análisis de las experiencias declaradas por ellos mismos.
El estudio de investigación que ha realizado Mide La Felicidad® aplicando su metodología BhiPRO (Business Happiness Index Program) durante más de 7 años tiene por objetivo mostrar nuevos senderos de exploración del mismo modelo, integrando las experiencias declaradas por los colaboradores en su parte cualitativa en más de 5000 participantes, ofreciendo una integración de esta información con el modelo BhiPRO 3.0 cuantitativo que ratifica la validez del modelo que tiene un 94% de fiabilidad y ofreciendo un proceso de validez de criterio que se refleja en varios niveles del mismo análisis cualitativo.
Son muchas las cosas que se continúan haciendo en Mide La Felicidad®. Continuamente están formando nuevos estudiantes con sus certificaciones y diplomados avalados por la Florida Global University de los Estados Unidos y también sigue vigente la Medición Mundial de Felicidad en la cual se puede participar y conocer cuáles son los factores clave de la felicidad empresarial, identificar qué aspectos restan felicidad a los colaboradores y señalar cuáles son los indicadores efectivos en los que se puede trabajar para aumentar la productividad y rentabilidad.
Sigue este link y haz parte de este estudio mundial:
https://survey.zohopublic.com/zs/qQChuY
Artículo publicado en Mide la Felicidad